El 10 de mayo es un día en que dedicamos especialmente a celebrar y a honrar aquellas mujeres que han tenido la gran bendición de ser madres, ya sea por engendrar a un hijo o por acoger a uno o muchos hijos en su hogar y en el corazón puro y maternal. Hoy queremos agradecerles y felicitarlas por ese sí generoso a la vida, por respetar y entregarse a este hermoso milagro. Quienes tienen la dicha de este sublime regalo sabrán que la vida de una mujer cambia desde el momento que un pequeño o pequeña llega a sus brazos, es una gran responsabilidad y alegría al mismo tiempo, es una preocupación y un gozo. Que el Señor Jesucristo les ayude en este hermoso camino y que siempre mirando a María nuestra Madre encuentren respuestas en sus momentos de dificultad.
¡Muchas Felicidades! Y oramos por ustedes por esta gran misión que les ha sido encomendada
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