“Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre
su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios.”
-San Agustín
El Papa Francisco antes de rezar el Angelus en la conmemoración de los fieles difuntos propuso esta bella oración:
Dios de infinita misericordia,
confiamos a tu inmensa bondad a cuantos han dejado este mundo para la eternidad, donde tú esperas a toda la humanidad, redimida por la sangre preciosa de Jesucristo, muerto en rescate por nuestros pecados. No mires, Señor, Míranos con la mirada piadosa Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno, Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos, Que nadie tenga el temor de encontrarte La hermana muerte corporal Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra, |
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