El Evangelio (Lc. 11, 1-13) contiene varias partes:
. Una primera parte contiene esa oración que Cristo nos enseñó -el Padrenuestro.
.Una segunda parte en la que el Señor nos recomienda que pidamos para recibir:“Pidan y se les dará”.
. Una tercera parte, que es muy importante, en la que Jesucristo nos dice que el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.
Fijémonos, primeramente, en el Padrenuestro. En esa oración que Jesús nos dejó están contenidas varias formas de oración:
Oración de Alabanza: Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre.
Oración de Contrición: Es la oración para pedir perdón por nuestras faltas. Perdona nuestras ofensas.
Oración de Petición: Venga tu Reino. Danos hoy nuestro pan de cada día. No nos dejes caer en tentación.
Fijémonos ahora en la frase del Señor: “Pidan y se les dará”. Y vamos a detenernos un poco más en esto, para poder entender el verdadero sentido de esta recomendación, y evitar cualquier confusión al respecto.
Siempre que hacemos oración de petición es porque tenemos un anhelo que deseamos se cumpla o porque tenemos un plan que deseamos se realice, o porque tenemos una necesidad que deseamos sea satisfecha.
Y más de una vez podría parecer que nuestra oración no ha sido escuchada.
Pero sucede que son muchas las veces que pedimos cosas que no nos convienen y que no coinciden con lo que Dios, nuestro Padre, desea para nosotros sus hijos.
Veamos lo que dicen sobre este mismo tema otras citas de la Sagrada Escritura.“Piden y no reciben, porque piden mal” (St. 4 ,2), nos advierte el Apóstol Santiago en su Carta. Y San Pablo también insiste en esta idea: “Nosotros no sabemos pedir como conviene” (Rm. 8, 26).
Más aún: ¿cómo podemos olvidar las palabras tan importantes del Padre Nuestro:“Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo”? Recordemos que Jesús nos enseña esta oración justamente antes de decirnos“Pidan y se les dará”.
En resumen: Dios no siempre nos da lo que queremos, pero siempre nos da lo que necesitamos.
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